Este no es el primer libro
que empiezo (si se le puede llamar libro), pero si espero sea el primero en terminar, no
precisamente para tachar de la lista de tareas pendientes el escribir uno, sino
porque esta vez plasmaré en el, mi proceso para cerrar capítulos de mi vida, o
más bien el completar el rompecabezas y tal vez así encontrar la parte que me
falta para ser feliz conmigo misma.
No sé si contarles la
historia desde mi niñez o a partir del proceso reciente que desencadenó el que
me inspirara a dejar mi alma abierta y contarles tal vez detalles de mi vida
que podrían dejarme desnuda. No obstante, creo estoy en este momento donde la fantasía
se hace realidad, por lo que creo se ha convertido en el momento idóneo de ser
sincera, y la forma de ser sincera es aceptar que tengo fantasmas debajo de la
cama los cuales hasta hoy no había reconocido y que de una vez por todas
debería empezar a dejar salir.
En este punto, seguro muchos
se preguntarán que gano escribiéndoles sobre mi vida, y a decir verdad, no gano
mucho, pero es la manera que utilizo para canalizar mis emociones y es posible
alguien leyéndome logre canalizar las suyas. Por otra parte, teniéndolo escrito
me ayudaría a volver al camino si en algún momento me vuelvo a perder.
Entremos en materia, si
tuviera que hablar de amores fallidos creo nadie me gana, me siento a veces que
si las escribiera le podría hacer la competencia a Martha Sepúlveda (Q.E.D),
porque cada uno de mis intentos amorosos rondan entre un cuento de hadas y una
tragicomedia, emociones y sensaciones que no bien han nacido, mueren como pez
fuera del agua.
Sé que tener 25 años y
hablar de desamores puede resultar chocante, que algunos lo encuentren
escandaloso por el hecho en sí y otros por entender a esta edad aún la historia
del príncipe azul debe estar latente. Pero tratando de pasarle un paño tibio a
todo, debo aclarar que en la lista de mis ´´amores´´ están todos los hombres
que me han robado un suspiro o pensamiento, esos que –como es común en mi- les cree
toda una historia pensando en lo que será y nunca fue.
Son mis amores, de un día,
una semana, un mes, un año o toda una vida, son míos porque con ellos aprendí y
decidí que a partir de esa ruptura sería distinta, aprendería y cuando me
volviera a tocar lo pasaría mejor. ¡Oh sorpresa! quinientas rupturas después,
aun estoy en el punto de inicio.
Y esta vez, ¿qué cambió?
Bueno, resulta que me vi siendo todo lo que nunca pensé seria ¡una acosadora!
si, conocí a un chico que lo acosaba tanto que el tuvo que pedir aire, le
estaba consumiendo su paciencia y con ella mi dignidad, y de paso la relación
indescriptible pero interesante que teníamos. Si, el es maravilloso y quería el
supiera que realmente estaba interesada, pero eso ya él lo sabía, no sé porque
no simplemente lo dejaba respirar.
Dando un detalle objetivo,
confieso lo que me atraía no era tanto él, sino yo, cuando estaba con él. Es la
clase de hombre que tal vez siempre quise, físicamente atractivo, inteligente,
con metas y ambicioso, tenía el kit
completo y por lo tanto yo no concebía la idea de que lo pudiera perder. Pero
siendo aun más objetiva, no podía perderlo porque nunca fue mío. Estaba
interesada, motivada, ilusionada con una idea, no con una realidad, es por eso
que estoy aquí, contándoles sobre mis fantasmas.
Siempre hablo con mis amigas
de estas ´´metidas de patas´´, ellas como buenas amigas, siempre dicen la culpa
es del caballero, yo puedo ser la que eche sal a la herida, pero ellos siempre
serán los culpables, creo este es el momento para aceptar mis amigas no son
buenas consejeras. Es así que me llegó la idea de encaminarme en otro tipo de ayuda,
no una amiga de esas que me solapan todo, necesitaba una que me viera sin el
corazón y fuera objetiva, una amiga psicóloga era la solución.
Hablamos, ella ya conocía la
historia, aunque desconocía las que traigo desde hace años, ella me hizo llegar
a la primera conclusión de que el chico en cuestión no era el malo, que en
realidad aquí nadie lo era, pero que él tuvo una reacción que posiblemente yo
en su caso también habría tenido. Todos sabemos que cuando te persiguen,
corres; no es que sea una ecuación difícil, es un asunto de lógica. Pero sobre
todo empecé a entender, que nadie debería ser responsable de mi felicidad más
que yo.
Me invitó a pensar en porqué
lo hacía, la verdad, al inició ni yo lo sabía. Siempre he sido de dejar a la
vida que se encargue de las cosas, aunque me gusta tener el control de los
puntos finales, había decidido que había cosas que no podía controlar, es por
eso que me veía aquí tratando de entender qué me había sucedido, que parte de
mi engranaje dejó de funcionar y estaba volviéndome en una mujer indeseable.
Cierto, es posible que tú
quien me leas no sepas quién soy, así que te resumiré: Mi nombre es Pamela,
tengo 25 años, soy soñadora y la fanática numero uno de la idea de que aun
existe bondad en la humanidad, creo en que es posible erradicar la violencia y
el hambre. Creo en el amor a primera vista y en que hay relaciones que pueden
ser un ejemplo de lo que es ´´para siempre´´.
Sigamos en el tema
principal…
Sin la intensión de buscar
culpables, quiero decir que a veces pienso mi problema de ser ´´muy amorosa´´
es que alguna vez me tildaron de distante, pero siendo consciente, no creo sea
ni fuese distante, solo daba el espacio que creía también merecía. Loco, ¿no?
Fui culpada de una cosa y ahora de otra totalmente distinta, pero así es la
vida, nunca nadie estará feliz con lo que seas.
Es por eso que decidí tener
una relación seria con la única persona que siempre ha estado conmigo y a la
única que en realidad tengo que darle explicaciones sobre las decisiones que
tomo, ya que es la única que se verá realmente afectada o beneficiada de dichas
resoluciones, yo misma. Si, este libro es para ser aun más consciente de que la
primera persona del verbo, es ´´yo´´, por lo que aunque no siempre he estado al
pendiente de lo que las personas quieran de mí, es el momento de siquiera
pensar en complacer a alguien a parte de mi misma.
Me gustaría cerrar este
capítulo y decir que estoy curada, que mañana estaré bien estando sola, que no
necesitaré de cariño no familiar y que será totalmente real mi felicidad cuando
alguno de los fantasmas de mi vida vuelvan a la vida del brazo de una dama que
no sea yo, me gustaría decirlo, pero si quiero de verdad encontrar la parte que me hace falta, debo empezar
no mintiéndome provocando el síndrome del miembro fantasma. Aquí estoy,
empezando la batalla más difícil de todas, conocerme, quererme y sentirme
completa con lo que tengo, sin la necesidad de buscar en alguien la parte que
me hace falta.
Espero pronto poder decirles
que la encontré, hasta ese entonces.